Si sois habituales de foros, blogs o chats dedicados a la retroinformática o los emuladores, seguramente os habréis encontrado cientos de veces con gente que pregunta «Que juegos me recomendáis de….«, pues bien, esta serie de artículos nace con el sano propósito de recomendaros juegos a los que yo les tengo un especial cariño, y que por «A» o por «B», merecen ser cargados en vuestra máquina/emulador preferido.. ¡espero que los disfrutéis!.

Concebido originalmente para Apple II con el nombre de Airheart, este fenomenal y divertido arcade salido de la mente de Dan Gorlin (el creador de Choplifter) es sin duda uno de los juegos que me conquistó desde el primer momento en que lo cargué en mi Amiga.

Con unos gráficos pequeños, pero tremendamente bien animados, jugabilidad perfecta y una curva de dificultad más que agradable, «Typhoon Thompson in Search for the Sea Child» es uno de esos juegos que a pesar de no ser tremendamente original ni espectacular en ninguno de los apartados técnicos, no puedes dejar de jugar con el.

El «Niño del Mar», ha sido secuestrado, y la única manera de rescatarlo es entregándoles a los espíritus marinos una serie de objetos que están en poder de iracundas criaturas, a las que tenemos que obligar a cambiarlos por la vida de sus sicarios.
¿Os perdéis?, pues es más fácil de lo que parece…en cada fase, manejamos un aerodeslizador, con el que tendremos que ir disparando sobre algo parecido a boyas, y de ahí saldrán una serie de incordiómetros dispuestos a liquidarnos. Si les disparamos antes a ellos, el «conductor» de la nave enemiga caerá al agua, momento en el que debemos «meterlos al saco», y llevarlos todos ante su jefe, el cual, con un inmenso cabreo nos entregará un objeto a cambio, que deberemos llevar a los espíritus, que nos recompensarán con un arma nueva para la siguiente fase.
Este es un juego rápido y frenético (con algunas ralentizaciones), aunque en muchas ocasiones es mejor hacer las cosas con calma, que disparar a boleo contra todos los bidones.

Es curioso como algo tan simple como sus efectos de sonido y músicas, que suenan a ordenador de ocho bits, con un adecuado tratamiento estereofónico pueden llegar a sumergirnos en el juego de lleno. Esa es la única diferencia entre Atari ST y Amiga, pero cuando llevas un rato jugando, gana de lejos la máquina de Commodore, porque gracias a ello, es más fácil identificar por donde nos aparecen los enemigos.

En resumidas cuentas, Typhoon Thompson es la receta ideal para el aburrimiento. Si, es un poco repetitivo, pero ¿a quien no le apetece un mata marcianos con estos gráficos y diversión?.