La Raíz del Terror 7: Portátiles del Infierno

Este articulo es la parte 7 de 7 de la serie La Raíz Del Terror

Ya casi termina el año, y al entrar al blog hace una semana, me di cuenta que ¡En el 2021 no había escrito nada en el!
Si bien eso no quiere decir que no haya escrito nada este año (que si lo he hecho, pero para futuros proyectos), me daba una pena inmensa que no hubiera nada nuevo desde hace un año, así que me he puesto a escribir una entrega más de mi serie de portadas feas, inspirado en gran parte, por el gran Daniel Quesada, que en un directo se puso a enseñar cajas de juegos de Mega Duck.
Sin más dilación, aquí están algunas de las peores ilustraciones jamás creadas

La guerra de las consolas (y sus cajas feas)

La explosión de ventas en las consolas portátiles, en especial en las de la familia Game Boy, hizo que las compañías sacaran juegos a lo loco, sin fijarse en detalles primordiales como una buena presentación externa. Al fin y al cabo, si se vendían juegos como churros, para que preocuparse de que las ilustraciones fueran bonitas

Die Völker (The Nations: Land Of Legends) (JoWooD, 2002) (Game Boy Color)

Aprovechando el éxito de su saga de juegos de estrategia para ordenador, los chicos de JoWooD se sacaron de la manga esta aventurilla isométrica para Game Boy Color, basada en Nations, que no estaba mal, pero la vaguería a la hora de diseñar la portada de esta, no creo que les haya reportado muchas ventas la verdad.


Heiankyo Alien (Meldac, 1990) (Game Boy)

El clásico arcade de Nichibutsu tuvo un remake actualizado para Game Boy, que incluso salió de Japón. La portada era extraña y perturbadora, y encima la revista Electronic Game Monthly (EGM), le concedió el premio al juego con el peor nombre  de 1990.


Santa Claus Junior (JoWooD, 2001) (Game Boy Color)

Justo a tiempo para las navidades inauguraba su mini franquicia de juegos navideños con este Papá Noel infante, en un juego resultón, pero extremadamente de temporada, y cuya portada, ilustrada con desgana, dudo que haya atraído ni siquiera a su público objetivo.


Project S-11 (Sunsoft, 2000) (Game Boy Color)

Distribuido por Sunsoft y creado por los genios europeos de Paragon Five, Project S-11 es uno de los mejores mata marcianos jamás programados para Game Boy Color, pero por desgracia su lanzamiento se dio contra la pared, que representó la bancarrota de Sunsoft, que lo lanzó a última hora, con tantas prisas que ni siquiera lo agregó a su página web o pudo crear una portada a la altura del juego.
Por suerte, Paragon Five seguiría creando juegos muchos años más.


Mystic Quest/Final Fantasy Adventure/Seiken (Square, 1991) (Game Boy)

La que se lió con Seiken, primer juego de la saga de Secret Of Mana en Europa y Estados Unidos fue de ver para no creer.
Mientras que en USA, lo incorporaban con todo el morro del mundo, a la saga Final Fantasy, en Europa, le encasquetaron el título Mystic Quest y esta portada, que la verdad, es insulsa a más no poder.
Por lo menos, el juego llevaba una guía de 80 páginas, que siempre se agradece.


Maru’s Mission (Jaleco, 1990) (Game Boy)

Sin ser una maravilla plataformera, este cartucho de Jaleco, seguro que habría tenido algo más de éxito si los compradores se hubieran encontrado con esta portada, en vez de la que se usó en el resto del planeta.

Aunque la portada occidental está evidentemente inspirada en la original, cambiar un ninja super guay por un fulano con walkman, gorra al revés y jean rotos, como que no, por no hablar del estrabismo crónico del demonio que ha secuestrado a la chica.


Magnetic Soccer (Nintendo Europe, 1992) (Game Boy)

Lanzado en exclusiva para Alemania por Nintendo Europe, esta versión de bolsillo del futbolín, era un juego simple, lanzado seguramente con el único objetivo de engordar el catálogo de la portátil en el país teutón.
La portada, aunque refleja perfectamente lo que nos vamos a encontrar en el juego, no es lo que se dice muy llamativa, en especial ese muñecazo que da la patada a la bola.


Sonic Blast (SEGA, 1996) (Game Gear)

Disponible casi en simultáneo con la versión en ocho bits de Sonic 3D Blast, este Sonic Chaos era un experimento que se intentaba colar en la moda de los gráficos pre-renderizados con un Sonic a la antigua, pero con gráficos modernos, simulando 3D.
El resultado fue uno de los peores juegos de Sonic para ocho bits, que se acompañaba con esta portada, que sin ser para morirse de mala, estaba muy por debajo de las pedazo ilustraciones de los juegos del erizo de Sega.
Para variar, la caja japonesa ganaba de calle.


Contra Advance: The Alien Wars EX (Konami, 2002) (Game Boy Advance)

Si bien no es mala del todo, esta portada impresionista que se cascaron en Konami para la edición especial de su clásico de SNES, la verdad es que te deja un poco descolocado. Si bien los personajes centrales se reconocen, la calavera de la parte de atrás queda un poco fuera de lugar. Quien sabe, a lo mejor es una alegoría a la Muerte, presente en cada esquina de este dificilísimo arcade.


Bust-A-Move (Taito, 1996) (Game Gear)

En 1996, Taito adaptó su recreativa de moda a Game Gear con una versión correcta, pero con toda la adicción del original. Puzzle Bobble (O lo que es lo mismo Bust-A-Move), se lanzó en USA y Japón, y para variar, en los «Estates» prefirieron esta portada sin una pizca de personalidad, que desde luego no refleja el ambiente jovial y divertido del juego, algo que si hace, por supuesto, la portada japo, con los adorables dragoncitos en la caja.


Avenging Spirit (Jaleco, 1991) (Game Boy)

Cuando le debieron encargar el arte de la portada al ilustrador de la versión USA de Avenging Spirit seguramente solo le mencionaron «salen gánsteres», porque si llega a saber que el protagonista es en realidad el fantasma de un muerto, que puede poseer a los enemigos para vengarse de los gánsteres que le mataron, seguramente no habría dibujado ese estereotipo de mafioso de los años 30 con la cara de Seth Meyers.
Por suerte, en Europa, si sabían de que iba la película, y usaron la caja original.


¡Recopilando, que es gerundio!
Los «4 en 1» de Sachen

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Thin Chen Enterprise, también conocida como Sachen, fue la compañía número uno de juegos sin licenciar (o Bootlegs) de los noventa. Una de sus especialidades era la de los cartuchos «cuatro en uno», que en vez de juntar versiones pirateadas de juegos comerciales, recopilaba producciones de la propia compañía, con una calidad de mediana a baja, que clonaban a juegos conocidos con versiones de andar por casa.
Es bastante obvio que el tema de las portadas en un caso como este es muy secundario, de hecho, a veces este tipo de cartuchos ni siquiera llevaban caja, y cuando las llevaban eran como las de arriba, que pueden provocar dolor de cabeza si miramos mucho rato semejante batiburrillo.


Rocket Games, reyes del reciclado

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Seguramente el nombre de Rocket Games no os suene de nada, pero a algunos de vosotros si que os es familiar el nombre de Datel, empresa dedicada a lanzar esos famosos Action Replay, unos cartuchos que pokeaban los juegos de los sistemas más populares para que pudiéramos disfrutar de las preciadas vidas infinitas en nuestros juegos favoritos.
Pues a finales de los noventa, y aprovechando que Nintendo ya estaba volcada en el lanzamiento de Game Boy Advance, dejando un poco de lado a la anterior generación de consolas, esta peña se dio un garbeo por las desarrolladoras británicas buscando proyectos cancelados o abandonados de Game Boy Color y los lanzó a precio de saldo, algunos en un pack doble, con ilustraciones baratas baratas, porque lo que de verdad importaba era el precio.
Incluso, llegaron a regalar alguno de estos juegos junto a la revista GBX, editada por la misma Datel en Alemania.


Clones cutres, ilustraciones ídem

En Hong Kong, muy aficionados a copiar cosas desde siempre, se les ocurrió que una consola que imitara el tamaño y las características de la Game Boy podría funcionar bien, al fin y al cabo era barata de producir, y seguro que podría venderse a bajo coste en mercados internacionales.
La primera en aparecer sería la Supervision de Watara, que tendría dos modelos, y 65 cartuchos, la mayoría desarrollados por compañías coreanas, con algunas excepciones creadas por equipos de programación Europeos, como B.I.T.S. o Divided By Zero.
Un año después, vendría la Mega Duck o Cougar Boy (dependiendo de en que país la compráramos), una especie de Game Boy con solo 24 juegos, la mayoría de ellos programados por los infames Sachen.
En semejante ambiente low cost, ni la una ni la otra se preocuparon mucho por las portadas de los juegos, usando ilustraciones verdaderamente demenciales.
¡Agarraos, que vienen curvas!

Suleiman’s Treasure (Timlex, 1993) (Mega Duck)

Con un aventurero conduciendo un jeep de juguete con un solo asiento en un mundo poblado de dinosaurios comenzamos nuestro recorrido de terror clonado.
¿El juego?, Pues un clon del famoso Oil’s Well nada menos.


Magical Tower (Timlex, 1993) (Mega Duck)

Tomemos la imagen de esta perturbadora y extraña portada, ¿Refleja el juego que nos encontraremos dentro? ¡Completamente! Ya que Magic Tower está protagonizado por una mano que es perseguida por otras manos mientras asciende por una torre, ¿Menudo concepto, no? Estos coreanos están como una regadera.


Tasac 2010 (Sachen, 1992) (Supervision)

Maravilla de ilustración, en la que uno no sabe si el autor intentaba dibujar naves o tipografías (la nave principal parece una R) que acompaña al típico mata-marcianos por oleadas en el que las naves parpadean más que se mueven, al nivel que uno esperaría de Sachen, vaya.


Super Kong (Sachen, 1992) (Supervision)

Esta imagen, con el gorila bailón y un niño paleto entre bombas sonrientes, dados, corazones y relojes, puede hacernos pensar en Donkey Kong, y no podíamos estar más equivocados.
Super Kong es un simplísimo juego en el que hay que matar al niño paleto tirándole cosas continuamente, vaya, como uno de esos juegos de duelos de vaqueros, pero lanzando todo lo que tengamos por casa.
Por lo menos, el gorila del juego se parece mucho a Donkey Kong.


Magic Maze (Timlex, 1993) (Mega Duck)

Un cubo sobre un paisaje, ¿Raro, no? Pues es exactamente lo que vais a encontrar al poner el cartucho, que no tiene ningún laberinto, pero si un cuadrado como protagonista, con el que tenemos que matar a gatos y monos. De verdad, ¿Qué demonios tomaban esta peña cuando diseñaban los juegos (y sus cajas)?


P-52 Sea Battle (Travellmate, 1992) (Supervision)

Esta portada ilustrada como si se hubiera encargado a un dibujante de fanzines nos muestra con bastante exactitud de que va este cartucho. Sea Battle es un compendio de 4 mini-juegos con submarinos como protagonistas, que me recuerdan a clásicos como Beach Head o Death Wake, aunque en este caso, los juegos no están interconectados, y por lo tanto, no se puede terminar el juego.


John Adventure (Sachen, 1992) (Supervision)

¿Quién es John y porqué está rodeado de pelotas sonrientes? Nadie lo sabe, porque nada tiene sentido. Este mozalbete que vive en una casa rural, parece que tiene un problemón con unas bolas rebeldes, y quiere hacerlas desaparecer, Dr. Mario Style.
Por lo menos, este clon del susodicho está bastante potable.


Happy Pairs (Sachen. 1991) (Supervision)

Por mucha imaginación que se tenga, jamás vas a pensar que una ilustración con una especie de alubia que sujeta un pedazo de  tronco rodeada de baldosas tiene algo que ver con un juego al estilo Ishido, pero la extraña mente del ilustrador de Watara funcionaba así, y encima aprovechó la idea para la portada del juego en NES, que dicho sea de paso le salió bastante más chula que este engendro.


Delta Hero (Bon Treasure, 1992) (Supervision)

Y digo yo, si vas a hacer un clon de Zelda bien cutre, que se note lo que vas a encontrar desde la portada, con este niño que sale corriendo con bolsas de dinero y barras de pan, huyendo de caracoles, setas y ¡Tazas de café! Viendo esto, no te esperas nada, y mejor así, porque te encontrarás con un JRPG sin la parte del RPG en el que el niñato recorre las pantallas recogiendo objetos por puntos y matando enemigos, nada más, todo con el parpadeo marca de la casa.


Brain Power (Watara, 1991) (Supervision)

A lo mejor los cuatro juegos incluidos en el cartucho pueden estimular de alguna manera tu cerebro, pero lo que no muestra mucho Brain Power es la portada ¿Qué le pasa al niño de la ilustración? ¿Es la versión juvenil del malo del Silencio de los Corderos que se viste con carne humana?
Comienzo a estar muy preocupado por el ilustrador de esta gente, pero que mucho.


Balloon Fight (Sachen, 1992) (Supervision)

Aunque la ilustración despiste un poco, con ese perro cabreado rodeado de pollos, lo cierto es que este juego era exactamente lo que uno espera con ese nombre, un clon de Balloon Fight pero con un oso y pingüinos. Por esta vez, el juego, es bastante más decente que su portada.


Alien (Watara, 1992) (Supervision)

Ni la nave del R-Type dibujada por un niño de diez años de la ilustración ni el gusano con dientes de al lado nos prepara para el verdadero horror que nos asalta cuando probamos este clon (por llamarlo de alguna manera) del juego de Irem.
Digo yo, si tu consola no tiene potencia para hacer juegos con scroll, ¡No los hagas!
Parpadeos en los enemigos, en el escenario, y una música que hace que un taladro neumático suene como la London Symphony Orchestra en comparación al sonido del cartucho, son las desgracias de este shooter, pero vaya, no hay que sorprenderse, al fin y al cabo, la portada ya debería habernos puesto sobre aviso.


Block Buster (Bon Treasure, 1992) (Supervision)

¿Os imagináis como sería una peli de animación basada en Tetris? Pues seguramente sus protas serían algo parecido a estos tetrominós  cachas que se ven en la portada de Block Buster, un clon del Tetris de Game Boy, en la consola que es una clon de Game Boy.


Fatal Craft (Bon Treasure, 1992) (Supervision)

A estas alturas, creo que ya os ha quedado claro que para Supervision no es que abundaran mucho los juegos originales, de hecho, el 99% de los cartuchos intentaban clonar algún juego famoso o que estuviera disponible en Game Boy.
La ilustración de este Nemesis para pobres me ha dejado pensando un buen rato, intentando descifrar que cuerno tiene en la boca el astronauta, y porque su nave parece un cohete de esos que uno monta en su garaje para jugar a las naves espaciales con sus hermanos.
El juego, por cierto, es un poco mejor que el otro shooter de arriba, sin molestos parpadeos, y con una escasez tremenda de enemigos, en escenarios vacíos.


Jacky Lucky (Bon Treasure, 1992) (Supervision)

El protagonista de este juego es Jacky, que por su atuendo parece que se haya escapado de los Sanfermines, pero en el fondo es un pariente del fontanero bigotudo, que recorrerá las fases como si fuera la Blasa, dando leches con la vara, a cuanto enemigo (o ladrillo), se cruce en su camino.
Más allá de este portadón, Jacky Lucky es de los juegos «menos malos» del catálogo de Supervision.


Soccer Champion (Bon Treasure, 1992) (Supervision)

Dos jugadores que parece que ya han llegado a las manos, un portero, y un agujero negro, que podría ser una pelota, (pero no lo tengo tan claro), forman parte de esta composición futbolística en una de las ilustraciones deportivas más feas que he visto nunca.
Aunque si la comparamos con el juego, en el que los partidos parece que se jueguen caminando, sale ganando.


Snake Roy (Sachen, 1993) (Mega Duck)

Si hay una portada de esta recopilación capaz de provocarnos las  pesadillas más terroríficas es la de Snake Roy, un clon de Snake bastante majete, pero con una ilustración que provoca miedo y desconcierto a partes iguales.
No sabemos si el ilustrador comprendió muy bien el concepto del juego de la serpiente, ni porque decidió dibujar esta criatura de los infiernos en vez de una simpática culebra, pero miedo da un rato.

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